sábado, 30 de julio de 2016

Hay un lugar para el descanso




El manto verde y rojo de los acantilados de Asturias




nos lleva hasta el Faro de Busto


  



donde el sol juega con la luz entre las nubes

  
 
y la sumerge en el azul Cantábrico
 

bañando la playa de Bozo y los perfiles del Cabo,

 
los senderos entre maizales
 
los asturcones robustos
 

y los campos y cielos abiertos.
¡Abiertos!


donde pastan sin cesar las vacas asturianas

 
y los caminos se aventuran tierra adentro


o van a parar entre calles pobladas de camelias y hórreos

hasta encontrar un jardín donde dormir
después de observar a las estrellas.


Leer hasta que el sueño te rinda
 
Dormir hasta que el cuerpo se ablande.


Despertar en una habitación tranquila con vistas a un jardín


¡Desayunar! Esa gran fiesta.




 

Salir ahí fuera a disfrutar de la sombra de los árboles


del día despejado

de la fiesta

de los paseos entre sendas de hortensias azules

y pasar junto a una pastelería de cuento,
 como los frutos de sus dulces.

  




He podido descansar por todas esas cosas, pero también por la compañía, y por la alegría de una persona que convierte su secreto hotel rural de Cabo Busto en una casa llena de encanto.

 Si te apetece, visita la sección Hay un lugar
 
Fotografías y textos de Lucía Alcina


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